Ricardo "El Mono" Tavarelli.

Se formó en las divisiones inferiores de Tacuary, pero debutó profesionalmente a los 21 años vistiendo la camiseta de Olimpia durante el Torneo República de 1992. Con el Decano ganó nueve campeonatos nacionales e internacionales, entre ellos la Copa Libertadores 2002, en cuya obtención fue fundamental, ayudando a su equipo a vencer por penales al Grêmio en semifinales y al São Caetano en la final.
En 2004 fichó por Grêmio de Brasil. Al año siguiente regresó a Olimpia, para retirarse luego de un breve paso por Sportivo Luqueño.
Sin duda alguna fue uno de los más grandes arqueros del fútbol paraguayo, uno de los más significativos ídolos del Olimpia, un símbolo de "la barra de la O".
Aparte de ser un gran guardameta, fue un verdadero "SHOWMAN", usaba un mono por el pecho de su camiseta, los clásicos Cerro Porteño vs Olimpia, Olimpia Vs Cerro Porteño ya no son lo mismo sin él. El hincha Cerrista iba a la cancha para gritarle cosas al "Mono", porque él los provocaba, y lo hacía para motivarse, para volverse loco, y aquellos sabios del fútbol decían: "cuando está loco, ni el viento le entra”. Cuando Olimpia iba ganando parcialmente el partido, les hacía gestos a la hinchada de su tradicional rival, le mostraba los tres dedos, le quitaba la lengua, y cuando recibía una pelota fácil se suspendía en el aire como para la foto y se tiraba al suelo, los tiros débiles los quitaba al tiro de equina por sobre el travesaño, con tal de que la hinchada franjeada lo ovacione y así poder quedar grabado en los corazones de todos.
Recordamos uno de los tantos clásicos fuera de la cancha con uno de los emblemas azulgranas Héctor Blanco, y cuando el mono le decía "Morochón arrepentido".
Patento su vuelta carnero en cada gol del Olimpia, festejo que recorrería el mundo tras el tricampeonato de América. Hasta el día de hoy el mono es recodado con nostalgia por los hinchas decanos, y hoy lo homenajeamos con cariño los que en verdad amamos a este hermoso deporte.