sábado, 4 de diciembre de 2010

Muerte en la cancha.


Abdón Porte (Montevideo, 1880 — ídem, 5 de marzo de 1918) fue un futbolista uruguayo. Se desempeñaba en la posición de mediocampista defensivo. "El Indio", tal era su apodo, falleció el 5 de marzo de 1918 tras suicidarse de un tiro en el círculo central del Estadio Gran Parque Central del Club Nacional de Football, en un hecho muy recordado por la afición deportiva de Uruguay.
Comenzó su carrera deportiva en el equipo de Colón Fútbol Club, para luego pasar al extinto Libertad. De allí emigró al Club Nacional de Football, donde debutó el 12 de marzo de 1911 en la posición de lateral derecho frente al club Dublin. Jugó su último partido contra el Charley con victoria por 3 a 1 para Nacional el día anterior a quitarse la vida.
En Nacional, Porte fue titular indiscutido y portador de la cinta de capitán, defendiendo la camiseta tricolor en 207 partidos con un estilo aguerrido y combativo obteniendo numerosas copas tanto a nivel local como internacional.
Xosé de Enríquez, en su libro Hacia el campo van los albos, escribía sobre El Indio:
"... era un lungo rústico, flaco, 'morochón y peloduro' que procedía del 2, de Libertad, si bien había sido Colón el Club que lo trajo a la Capital...."
Xosé de Enríquez
Por su parte Luis Scapinachis en el libro Gambeteando frente al gol: Anécdotas y relatos deportivos, contaba:
"Era un típico hombre defensivo de estilo combativo; tenaz 'centre-half' de un período brillante del fútbol oriental. Abdón Porte era notable, con virtudes y cualidades extraordinarias, defensivas y de colaboración, bien conocidas y recordadas por mucho tiempo, por los aficionados de antaño. Era un muchachón bueno, 'amigo de los amigos'; gauchazo para hacer bien. Manso en la cancha aunque lo 'rompieran' a patadas."

Suicidio
A comienzos de 1918 y en vista a la temporada que comenzaba la Comisión Directiva del club decidió colocar en su posición al jugador Alfredo Zibechi lo que implicaba que Porte perdía su titularidad en el equipo. La decisión de la Comisión Deportiva se basaba en que Porte había declinado en su rendimiento. Esto fue algo que el ídolo del club no pudo asimilar.
El 4 de marzo Nacional disputó un encuentro frente al Charley. Nacional ganó por 3 goles a 1 y Porte jugó todo el encuentro con una muy buena actuación. Como se acostumbraba, por la noche dirigentes y jugadores se reunieron en la sede del club para un pequeño festejo. A la una de la mañana "El Indio" abandonó la sede sin que nadie notase nada en particular en su comportamiento y se dirigió al Parque Central, al centro de la cancha que él y sus compañeros habían inaugurado en 1911 y donde se había consagrado como un verdadero ídolo de Nacional y del fútbol uruguayo, para acabar con su existencia. Tenía tan sólo 37 años y su casamiento con su novia estaba previsto para el día 3 de abril.
Pocas horas después, en la gélida mañana de aquel 5 de marzo el perrito del canchero del club encontró el cuerpo inerte de Porte. El can llevó casi a rastras a su dueño, Severino Castillo, al círculo central de la cancha3 donde yacía el cuerpo del mediocampista con sangre en el lado izquierdo de su camisa, el revólver con el que se disparó en el corazón y dos cartas dentro de un sombrero de paja: una dirigida al presidente de Nacional y otra a un pariente.5
En la primera misiva, Porte se dirigió a José María Delgado en los siguientes términos:
"Querido Doctor José Maria Delgado. Le pido a usted y demás compañeros de Comisión que hagan por mí como yo hice por ustedes: hagan por mi familia y por mi querida madre. Adiós querido amigo de la vida."
Abdón Porte
Además, debajo se su firma recordó a su querido Nacional:
"Nacional aunque en polvo convertido / y en polvo siempre amante. / No olvidaré un instante / lo mucho que te he querido. / Adiós para siempre.
Como también de los hermanos Céspedes, históricas leyendas del club que habían fallecido trece años atrás víctima de la viruela:
En el Cementerio de la Teja con Bolívar y Carlitos."
Todo Uruguay fue conmovido con la noticia del suicidio de Porte. Sus compañeros llevaron flores, custodiaron el féretro durante todo el velatorio, firmaron un pésame colectivo para entregárselo a sus deudos y llevaron las fajas de la carroza fúnebre antes de dejarlo en el Cementerio de La Teja, junto a los hermanos Céspedes. Eusebio Céspedes, el padre de Bolívar y Carlos, hizo posible su entierro junto a sus amigos.5
El Montevideo Wanderers ofreció jugar un encuentro a beneficio de los deudos y pidió que ese día no se jugara ningún encuentro, Peñarol y el Charley mandaron coronas, y las instituciones de la liga se solidarizaron con Nacional.
Numa Pesquera, un dirigente del club, reflexionó: "Nacional era su ideal, lo amaba como el creyente a su fe, como el patriota a su bandera".

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